ACUERDO
DE BOLONIA
El
origen de la Declaración de Bolonia se encuentra en la Carta Magna de
Universidades hecha por varios rectores de universidades europeas en 1988. Pero
no se dio hasta diez años después, cuando, el 25 de mayo de 1998, los ministros
de Educación de Alemania, Italia, el Reino Unido y Francia, es decir, los
cuatro países de la Unión Europea que pertenecen al Grupo de los firmaron en
París la llamada Declaración de La Sorbona.
La
Declaración de Bolonia es una iniciativa para reformar el sistema educativo
europeo, realizada en esta ciudad al norte de Italia, el 19 de junio de 1999,
por 29 países de Europa: todos los que conformaban entonces la Unión Europea y
otros pertenecientes al Espacio Europeo de Libre Comercio y del este y el
centro del continente.
Con
la firma de esta Declaración se dio paso al llamado Plan Bolonia, que ha ido definiéndose,
con diversos cambios y la inclusión de más estados, a través de nuevos
acuerdos, especificados en los Comunicados de Praga (República Checa, 2001),
Berlín (Alemania, 2003), Bergen (Noruega, 2005) y Londres (Reino Unido, 2007),
Lovaina (Bélgica,2009) y Budapest
(Viena, 2010).
Ha
sido firmada, hasta el momento, por 47 países. En 1999 lo hicieron Alemania,
Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia,
Holanda, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta,
Noruega, Polonia, Portugal, el Reino Unido, la República Checa, Rumanía,
Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y Suiza. Croacia, Chipre, Turquía y
Liechtenstein la suscribieron en 2001. Albania, Andorra, Bosnia-Herzegovina, el
Vaticano, Macedonia, Rusia y Serbia lo hicieron en 2003; Armenia, Azerbaiyán,
Georgia, Moldavia y Ucrania, en 2005 y, finalmente, Montenegro, en 2007.
El
objetivo del Proceso de Bolonia es llevar a cabo una reforma del sistema
universitario en Europa, mediante la construcción del denominado Espacio
Europeo de Educación Superior (EEES), diseñado a partir del modelo anglosajón y
organizado, según el propio tratado, teniendo en cuenta principios de calidad,
movilidad, diversidad y competitividad.
Así
mismo se pretende asimismo lograr un
sistema de educación superior competitivo,
atractivo para el resto del mundo, y que atraiga a estudiantes e investigadores
de otros países, así como adecuar las enseñanzas
a las necesidades del mercado laboral. El fin último es incrementar el
empleo en la Unión Europea.
En
general, se busca el concepto de "educación a lo largo de toda la
vida", en un proceso permanente de interacción entre formación y trabajo,
y un cambio en los métodos de enseñanza, con una atención más individualizada
al alumno (más tutorías y trabajo personal, menos clases tradicionales). Los
cambios que implican lo anterior es que habrá un nuevo sistema de créditos y de
titulaciones, una nueva financiación de los estudios y más movilidad para estudiantes,
docentes, investigadores y personal de administración y servicios.
El
crédito se constituye en la unidad de medida académica en las enseñanzas
universitarias oficiales, junto con el llamado Suplemento al Título (o
Suplemento de Diploma, SD), un documento adjunto al título que facilita el
reconocimiento académico y profesional de las calificaciones obtenidas. En
general, todas las carreras tendrán una formación inicial de 240 créditos, Con
este primer nivel de estudios se obtendrá el título de Licenciado, Ingeniero o
Arquitecto.
Para
ello cuentan no sólo las horas de clases teóricas (las impartidas por el
profesor), sino también el trabajo que debe ser realizado por el alumno
(elaboración de trabajos, seminarios, horas de estudio). Es decir, los
estudiantes deberán hacer más prácticas y tener un papel más activo.
Cada
crédito ECTS (Sistema Europeo de Transferencia de Créditos, por sus siglas en
inglés) corresponde a entre 25 y 30 horas semanales, de las cuales tan sólo 10
serán lectivas. Los créditos se anexan al título, describiendo los estudios
cursados para hacer posible la homologación a nivel europeo.
El
sistema de titulaciones está estructurado en dos ciclos: Grado, de educación
más generalista, y Postgrado, de educación especializada. El acceso al segundo
ciclo requiere haber completado con éxito el primer ciclo en un periodo mínimo
de tres años, con el segundo ciclo se obtiene el grado de maestría (Master) y/o
doctor (Doctorado). Es decir ya no habrá ni diplomaturas ni licenciaturas, sino
como en el sistema anglosajón, solo titulaciones de Grado y Postgrado.
Se piensa
que el Plan de Bolonia mejorará las salidas laborales de los universitarios, ya
que sus títulos estarán reconocidos en todos los países firmantes, y los nuevos
planes de estudios estarán más orientados a la formación de profesionales
demandados por la sociedad, con una mayor especialización. Con respecto al
sistema de créditos, se considera que organiza de un modo más real el tiempo de
los estudiantes, estableciendo límites de horas y creando la posibilidad de
estudiar a tiempo parcial para poder trabajar, matriculándose en menos
créditos.
Finalmente
existen algunas críticas contra el Plan Bolonia, las cuales denuncian que las
reformas introducidas tienden a la mercantilización del mundo universitario y
se han hecho atendiendo más a los intereses económicos de los grandes
conglomerados empresariales que a los de la comunidad educativa. Los
detractores del Proceso señalan que el pretendido objetivo positivo de crear un
espacio común educativo esconde la idea de convertir la universidad europea en
tan sólo una cantera para las grandes empresas, dejando a un lado su papel como
lugar de formación y desarrollo humanos, y pasando a ser una fábrica de
individuos válidos para el mercado laboral (http://www.20minutos.es/noticia/).
REFERENCIAS
Máiquez, Miguel (2008). Plan Bolonia: ¿El futuro
laboral de Europa o la universidad en manos de los empresarios? Recuperado el 25
de agosto del 2014 de http://www.20minutos.es/noticia/432776/0/bolonia/universidad/claves/
Aunión, J. A. (2012, 22 de agosto). Tanto Bolonia Para
Esto. El País en Línea. Recuperado el 26 de agosto del 2014 de http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/21/actualidad/1345572224_205327.html
Pardo, José Luis. (2014, 8 de agosto). ¿Qué fue de la
Universidad. Suplemento Babelia, El País, en Línea. Recuperado el 28 de agosto
del 2014 de http://cultura.elpais.com/cultura/2014/08/06/babelia/1407319178_572285.html
http://europa.eu/legislation_summaries/education_training_youth/lifelong_learning/c11088_es.htm Consultada el 25 de
agosto del 2014.
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