CAPACIDADES
TECNOLÓGICAS
Las
capacidades tecnológicas son disposiciones adquiridas por medio del aprendizaje
tecnológico en un contexto social y cultural favorable. Las capacidades
tecnológicas implican la oportunidad de potenciar las oportunidades y las
posibilidades del desarrollo de la innovación tecnológica, con la intención de
fortalecer las capacidades individuales y colectivas para fomentar lo que las
personas y las sociedades quieren y pueden ser.
Características y
Componentes.
Las
capacidades tecnológicas presentan una serie de características. La primera
consiste en que al ser disposicionales son: adquiridas por procesos formales o
informales (saber cómo) de aprendizaje. Desde el punto de vista del aprendizaje
formal, el sistema educativo científico y tecnológico cumple un papel
importante en la creación y sostenibilidad de dichas capacidades, porque las
características de la tecnología actual requieren de conocimientos
especializados que sólo se aprenden por dicha vía. Para Xavier Vence (1995, p.
262), la educación formal tiene varias implicaciones para la potenciación
tecnológica de un país, entre ellas están:
a) Genera
externalidades para las capacidades tecnológicas de todos los sectores.
b) Es
un campo de búsqueda muy importante en relación con los nuevos paradigmas.
c) Es
una importante fuente de variedad tecnológica.
d) El
sistema educativo aumenta, la formación y destrezas y los gestores, lo que
constituye una ventaja/desventaja absoluta y una precondición para el
aprendizaje tecnológico, especialmente en la era de la información.
e) Crea
un fondo de ‘capacidad desempleada’ salida de la enseñanza media y de la
universidad, que es absorbibles en las actividades tecnológicas en un momento
dado.
Si
bien el aprendizaje formal es importante, una buena parte de la adquisición de
capacidades tecnológicas se realiza por el aprendizaje informal. Lo que
significa que se aprende haciendo o sobre la marcha; por ejemplo, cuando se
imita, adopta o se buscan alternativas tecnológicas; por esto, se trata de una
acción práctica.
Al
ser las capacidades tecnológicas procesos constantes de actualización en
contextos determinados, implica un constante aprendizaje por parte del agente,
lo que conduce a otra característica: las capacidades tecnológicas son
dinámicas: Estas se renuevan constantemente de acuerdo con lo aprendido y lo desaprendido (Bueno;
Morcillo, 2003, 6). Por lo que las capacidades cambian históricamente, las
capacidades que se adquieren en un determinado período histórico pueden variar
en otro, esto depende de la tecnología definitoria del momento.
Así a
pesar de que las capacidades pueden cambiar, esto no niega una última característica:
el carácter acumulativo de las capacidades tecnológicas, se trata, por lo
general, de un aprendizaje incremental en que se dan continuidades y
discontinuidades, pero todos los aprendizajes de éxito y fracaso se acumulan.
Estos procesos de acumulación de aprendizaje tienen diferentes lógicas y grados
de madurez.
Las
capacidades surgen de las personas, las organizaciones empresariales y de las
comunidades; las capacidades tecnológicas no pueden ser implantadas desde
afuera, son parte del esfuerzo propio de una comunidad o país, por lo que
requieren ser estimuladas, debe haber un deseo o contexto favorable para su
desenvolvimiento. Los mecanismos para lograrlo pueden ser muy variados. Lo
cierto es que no basta con la simple imitación o adaptación de las tecnologías
o con las fuentes de información externas, las capacidades que se generan de
estas actividades, desde el punto de vista del desarrollo, son mínimas, una
fase inicial para la creación de otras capacidades más complejas como la
innovación.
Las
capacidades no pueden ser concebidas de manera aislada sino como
interrelacionadas, en el caso particular de las capacidades tecnológicas, esta
idea adquiere más potencia, pues las capacidades tecnológicas conforman parte
de un conjunto más amplio de acciones, forman parte de un sistema (Castells,
1997, pp. 130-131).
En el
ámbito educativo la escuela del siglo XXI busca caracterizarse por su
permeabilidad para absorber las novedades tecnológicas de la era digital en la
que se inserta siempre con el objetivo de optimizar el proceso enseñanza
aprendizaje. Enseñar y aprender con las TIC es uno de los desafíos a los que
debe hacer frente la actividad docente y
la formación debe estar en consonancia con los cambios de que se
producen en la sociedad, caracterizados por la evolución permanente, la
comunicación inmediata y el acceso a un ingente cantidad de información
accesible a través de la redes.
Finalmente
no se debe de perder de vista lo relacionado con la disminución de rezago
educativo, la cobertura efectiva, la Inclusión y sobre todo la ampliación de la
oferta educativa.
REFERENCIAS
Bueno, Eduardo; Morcillo, Patricio. (2003,
febrero-marzo). Cultura e innovación: conexión perfecta. Tribuna, 15, 1-17, Madrid.
Casttels, Manuel.
(1997). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. I, La
sociedad de la información. Madrid: Alianza.
Vence Deza, X. (1995). Economía de la innovación y del cambio tecnológico. Madrid: Siglo
XXI.